Parece que fue ayer cuando 22 pequeñajos entraban con cara de asustados a la clase. Se separaban, algunos por primera vez, de sus padres y madres quedándose con una persona que no conocían.
En sus miradas se reflejaban algo de miedo y a algunos se les caían alguna que otra lágrima preguntando cuándo volvía su mamá. ¡Cuántas veces iban a comprar el pan sus madres y cuántas comidas hacían! ya que esa era la frase más utilizada por mí durante los primeros días cuando me pedían que llamara a mamá por teléfono...
Pero poco a poco sus miradas fueron cambiando y pude observar cómo comenzaron a mirarme con cariño y cómo disfrutaban en el colegio. Juntos no sólo hemos aprendido mucho, sino que hemos vivido momentos muy especiales y bonitos, que siempre guardaré en mi corazón junto con algunas cualidades que los caracterizan (entre otras, ya que todos tienen muchas y son especiales en todos los sentidos):
Jose Luis, con sus abrazos de oso.
Carmen con su alegría.
Ramón con sus muestras de cariño.
Yohana con su bonita mirada y siendo una seño más.
María con su dulzura.
Marcos con sus bromas.
Fernando con su buen sentido del humor.
Elisabeth con sus carcajadas.
Ulises con su tranquilidad.
Sheila con su bondad.
Jesús Llera con sus ocurrencias tan divertidas.
Mario con su sonrisa y sencillez.
Ainhoa con sus besos y abrazos.
Cristóbal con su ayuda y amor.
Sergio con su sonrisilla tímida.
Alejandro con sus preguntas e inquietudes por aprender.
Pablo con la paz que transmite.
Irene con su risa contagiosa.
Javier con sus reflexiones y ocurrencias.
Adrián con sus te quieros cada día.
Carlos con su vocecilla llena de gracia.
Jesús Solomando con su nobleza.
Pero con lo que me han llenado todos día a día ha sido con su AMOR incondicional.
Quiero agradecer a las familias de mis pequeños tesoros la confianza que habéis depositado en la familia Spínola, en nuestro colegio, en mis compañeros y en mí. Y muchísimas gracias por vuestros detallazos, entre ellos por el trabajazo de enseñarles esa canción tan bonita a los niños/as para regalármela y en preparar esa sorpresa tan especial. Como os dije todo precioso, pero el mejor regalo que habéis podido ofrecerme ha sido el poder disfrutar de esas grandes personitas que son vuestros hijos. Gracias.
Un beso a todos.